Un reciente informe de Google Trends muestra claramente la creciente preocupación de los consumidores por temas relacionados con el cambio climático como tema general, la activista Greta Thumberg, el naturalista David Attenboroug, la conferencia de las Naciones Unidas y por supuesto el Acuerdo de París, situación que reta a las organizaciones de todo el mundo a crear comunicaciones y publicidad relacionadas con la sostenibilidad y que ayuden a las personas a imaginar un mundo mejor.
Tarde o temprano las organizaciones deberán tener en cuenta las nuevas necesidades y expectativas del consumidor 2022, adherirse a los objetivos globales y estar inmersos en la práctica de la producción de productos y servicios verdes o sustentables, y ¿qué mejor que ir un paso adelante en mercadeo? Aunque en un país como el nuestro, en estos temas es poco lo que nos hemos podido anticipar al nuevo consumidor y manejarlos como estrategia organizacional.
La creatividad y las comunicaciones deben avanzar de la mano en este propósito, partiendo de la premisa del mercadeo de orientar y mantener mercados, en este caso sostenibles y de sostenibilidad. En manos de comunicadores corporativos y mercadólogos está la responsabilidad de balancear el mensaje, migrando de la retórica en exceso hacia un accionar claro y transparente.
“Hablar más de la cuenta” puede generar un efecto boomerang que afecte para siempre la reputación de la marca; apartarse del balance entre lo que se dice y lo que se hace, provoca que fácilmente se comience a nadar en las oscuras aguas del greenwashing.
La transparencia debe ser lo principal
Muchos han exagerado el discurso verde, rayando incluso con la mala práctica del lavado verde en el que la rimbombante retórica rebasa la acción, y es allí donde un consumidor informado y con sed de conocimiento comienza a dudar no solo del desempeño sustentable de la organización sino también de todo su esquema de valores.
Estamos sin duda en la era del prosumerismo; Google Trends lo demuestra y la creatividad se reta ante esta realidad, oportunidad que bien administrada puede llevar a las marcas sosteniblemente genuinas a encontrar su voz, a diferenciarse de las demás, y sobre todo a hacer las cosas de manera diferente. A veces quien habla más no es quien hace más, y en esta carrera por cumplir con las condiciones del Acuerdo de París bien vale la pena volverlo estratégico y prioritario ahora mismo.
Las organizaciones y las nuevas necesidades
Existe mucho desconocimiento sobre la materia, y esto ha hecho que muchas marcas se aprovechen del vacío existente y lancen afirmaciones ambientales catalogadas como engañosas por quienes dominan estos temas.
Un cambio que beneficie la publicidad real
La transición publicitaria que todo esto requiere para lograr formar un mercado que piense y actúe de manera sustentable además de imaginación y creatividad, exige eliminar de sus prácticas el miedo y el temor como vehículos de cambio. Los mensajes apocalípticos respecto a ese enorme monstruo verde que nos han pintado deberán ir de un contexto completamente distópico a uno cada vez un poco más utópico que nos permita visualizar con agrado un futuro verde y armónico alejado de toda destrucción y mal.
El giro en las comunicaciones, el mercadeo y la publicidad son fundamentales para construir una voz de marca sustentable fuerte con menos retórica y más acción.
Estas prácticas promueven no sólo el producto y/o servicio, sino también la creación de valor del mismo. Es más que solamente producto, es quién es la marca en su esencia. Es la creación de significado a través de símbolos.